¿Cómo vuelve tu cerebro a la rutina después de las vacaciones?
Desde la neuropsicología abordamos todas las capacidades cerebrales superiores: orientación, atención, memoria, planificación, lenguaje, percepción, etc. De todas éstas, después del verano, tenemos que volver a poner a punto la orientación, la atención y la planificación sobretodo.
La atención es la capacidad que lidera el resto de capacidades. Volver a la ocupaciones diarias y laborales puede resultar tedioso y más si dejamos la puesta a punto para el último momento, ya que no podemos dejar de preocuparnos de preparar ciertos temas para comenzar a trabajar al día siguiente. Cuanto antes lo hagamos, dejaremos de pensar en ello y nos relajaremos.
Desde esta sección os invito a utilizar una serie de ayudas externas que os facilitarán este período post-vacacional:
Imprimir un A3 mensual y colocarlo en un lugar de vuestra casa y/o puesto de trabajo donde anotéis todas la citas importantes del mes para que os planifiquéis todas vuestras actividades con tiempo y el A3 os sirva de organizador (agenda mensual “visual”, ya que puedes ver todas las tareas del mes de manera global).
Podéis utilizar distintos colores: ROJO para los asuntos “urgentes”, VERDE para los “importantes” y MARRÓN para el resto. Podéis añadir un cuarto color para las tareas que podéis mover a otro día si fuera necesario.
Es importante dejar huecos para imprevistos que puedan surgir, además de reservar otros intervalos de tiempo para el ocio y el relax. Aunque creemos poder con todo, si no guardamos tiempo para esto último, podéis desgastaros rápidamente. Lo más efectivo es mantener un ritmo de trabajo/actividad constante, el más adecuado para cada uno de nosotros.
Otra ayuda que podemos implementar es el uso de alarmas y notas (por ejemplo, utilizando post-it) para anotar ideas repentinas que después pasaremos a nuestro A3. En el momento podemos utilizar ete otro método y posteriormente repasar las alarmas y post-it; más tarde es recomendable transcribirlos a nuestro organizador mensual porque podemos correr el riesgo de tener una cantidad ingente de alarmas que ya no serán beneficiosas sino todo lo contrario. En cuanto a los post-it, pueden perderse o acumular montones sin ordenar, lo que no es un buen método de planificación. Hay que organizarlas en nuestro A3 y desecharlos, así economizaremos tiempo porque lo tendremos todo en uno y no saturaremos nuestra atención y memoria teniendo que mirar en varios sitios.
Nuestro apoyo el A3 y realizar uno para cada mes.
En cuanto a la memoria, ya la compensamos con el A3, pero si queremos pasarla también por la “ITV” podemos utilizar distintas estrategias para ponerla a punto:
- Categorización: agrupar la información común para memorizarla mejor. Ejemplo en una lista de cosas pendientes para comprar: MATERIAL DE OFICINA: bolígrafo, folios, grapadora, celo; VERDURAS: berenjenas, calabacines y judías; BEBIDAS: leche, café, zumo, refrescos.
- Asociación: relacionar lo que tenemos que aprender con otra información que guarde relación. Por ejemplo: aprender un número de teléfono como 651819715.
65: edad de jubilación; 18: mayoría de edad; 1971: año de nacimiento; 5: dedos que tengo en una mano.
- Visualización: imaginar aquello que tenemos que memorizar. Por ejemplo para aprendernos la lista de la compra, imaginarnos un calabacín con su forma y su color.
- Uso de Acrónimos: formar palabras con las primeras iniciales de aquello que tenemos que aprender formando una palabra: Por ejemplo con la lista de la compra: Tomates, Anchoas, Rosquellas, Truchas y Almendras. La palabra que podríamos formar sería TARTA y por medio de ella recordaríamos cada alimento que tenemos que comprar. Puede suceder que no podáis formar una palabra con significado, ¿verdad?, pues para eso utilizaremos las siguientes estrategias:
- Acrósticos: consiste en formar una palabra con partes de otras palabras que tenemos que recordar. Por ejemplo, Zapatos y Tabaco. Podemos formar la palabra TAZA.
- Formar palabras o frases: para recordar contraseñas de correos, cuenta del banco o fechas podéis sustituir cada número por una palabra que tenga el mismo número de letras y formar así una frase. Al recordar la frase obtendremos los números que forman la contraseña. Por ejemplo: para recordar una clave de correo como 527228, podemos asignar una palabra a cada número, así: 5 (TENGO), 2 (UN), 7 (PAÑUELO), 2 (EN), 2 (EL), 8 (BOLSILLO).
Recordaréis mejor las claves con esta estrategia, será más fácil recordar las contraseñas ingentes de las diversas cuentas de correo que podáis tener, las claves bancarias, la firma digital, la contraseña del portal de casa, etc., y salvaguardaréis la información de esta manera.
Natalia Torrecilla Merchán.
Departamento de Neuropsicología.
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