V Conferencia Internacional de la Felicidad en el Trabajo
La semana pasada asistí a la V Conferencia Internacional de la Felicidad en el Trabajo (#FET2015), celebrado los días 10 y 11 de junio en A Coruña y organizado por Aedipe Galicia, entre otras organizaciones. Como hace 2 años, cuando asistí por primera vez, el resultado ha sido sumamente satisfactorio y me marcho de nuevo con la sensación de seguir aprendiendo y compartiendo con muchísimos colegas y amigos que estamos trabajando en la misma dirección: ayudar a las personas a ser más felices. Por supuesto, también en el trabajo.
Lo primero que quiero hacer es empezar reconociendo y agradeciendo el esfuerzo que Belén Varela (@laquintavarela) ha realizado para que, y a pesar de los diferentes imprevistos que han ido sucediendo antes y durante el evento, el resultado final haya sido tan satisfactorio. ¡Enhorabuena!
Si algo caracteriza estos encuentros profesionales es precisamente el que comparten espacio y cartel algunos de los mejores representantes del mundo académico y de la investigación en Psicología Positiva Aplicada a la Empresa, junto a profesionales de diverso perfil que están aplicando con éxito medidas para incrementar el Bienestar y la Felicidad en las Organizaciones. Es verdad que aún queda mucho por hacer, pero es un placer escuchar cómo ya hay organizaciones aplicando programas y medidas que buscan directamente incrementar la Felicidad de quienes forman parte de esas organizaciones.
Hoy por hoy, escuchar los resultados de las investigaciones y experiencias de personas como Marisa Salanova (@MarisaSalanova), Emiliana Simon-Thomas, Robert J. Vallerard o John Briffa, en el mismo congreso, no resulta fácil de encontrar. Es fantástico comprobar como todos ellos, desde perspectivas tan diferentes como el engagement, la fisiología o la pasión, concluyan lo importante que es el bienestar y la felicidad en las organizaciones. Los descubrimientos de estos investigadores señalan que se pueden hacer cosas, tanto desde el plano individual (lo que cada uno puede hacer por sí mismo para ser más feliz en el trabajo) como desde el plano de la organización (las condiciones que pueden crearse) para facilitar entornos profesionales que incrementen la calidad de vida y la felicidad percibida de quienes habitan y conviven en las organizaciones.
Resulta apasionante escuchar cómo hay organizaciones, como Mahou, Vygon, Chiesi o Human Age, que están aplicando con éxito medidas para hacer de los contextos profesionales escenarios donde poder crecer, evolucionar y ser más felices. Ha quedado comprobado, tanto en la investigación como en la aplicación en organizaciones como las mencionadas antes, cómo las personas que son felices no solo tienen mejor rendimiento profesional, sino que además son más creativas. Especial mención he de hacer a Paloma Fuentes, cuya sensibilidad para responder a una pregunta del público sobre qué ha de hacer una organización con las “personas tóxicas” me pareció maravillosa; en su opinión, el sistema ha de hacer un esfuerzo por incluir a esas personas. El debate sobre esa cuestión está abierto y ojalá en los próximos años aprendamos a deshacernos de etiquetas cuyo resultado sí es realmente tóxico, puesto que generan auténticas profecías que se cumplen a sí mismas.
También resultó interesante escuchar la aplicación exitosa de metodologías basadas en la Psicología Positiva en otros países; la contribución de Iveth Suárez (desde Guatemala), de Muki Palacios (desde Perú) con su programa FET, y de Hugo Nisembaum (Brasil) fueron muy enriquecedoras. Obviamente, no puedo dejar fuera el producto nacional: Julián Pelacho (@julianpelacho) nos contó la aplicación de una serie de estrategias de Liderazgo Positivo para mejorar el clima laboral en una cadena de restaurantes italianos.
Como hace 2 años, durante estos dos días de conferencias y mesas redondas, ha habido también momentos muy divertidos, donde el movimiento (del cuerpo, pero también de las emociones y las conciencias) ha sido revelador. La conferencia de Jorge Salinas (@jsalinasatesora) nos dejó múltiples perlas para pensar, momentos para interactuar con completos desconocidos y durante unos minutos, ¡todos los participantes bailando juntos!
De Jorge Salinas me llevo la experiencia compartida de que toda la cadena de respuestas que empiezan con la pregunta “¿para qué vas a trabajar?”, acaban muy habitualmente en esta: “para ser feliz“.
Por supuesto, otro de los momentos absolutamente emotivos de estas dos jornadas fue el “Diálogo de los Héroes de Angrois”, en el que uno de los supervivientes del terrible accidente de tren, Marcial Cendón, nos dejó auténticas perlas de sabiduría basada en esa experiencia. Solo quiero destacar las recomendaciones que nos dio al final de su intervención: “disfrutad a tope, no dejéis escapar un solo sentimiento y ayudad siempre a los demás“.
Desde un punto de vista personal, lamento solamente no haber podido quedarme hasta el final del evento y haber perdido la oportunidad de escuchar en directo a Alex Kjerulf, y en videoconferencia al gran Mihaly Csikszentmihalyi; quienes escucharan a Jorge Salinas hablar de coherencia y congruencia entenderán que mi decisión me dejó “satisfecho”. Como contrapartida, he tenido la oportunidad de escuchar de nuevo en directo e intercambiar unas palabras, con el fantástico José Antonio Marina, de cuyo discurso me quedo con la historia que nos contó sobre la Catedral de Toledo:
“En una ocasión, mientras se construía la Catedral de Toledo, una persona que pasaba por allí se acercó a 3 de los canteros que tallaban piedra. Le preguntó al primero, “¿qué estás haciendo?”, a lo que respondió “aquí estoy, explotado contra mi voluntad, picando piedra como un esclavo”; le preguntó al segundo lo mismo, “¿qué estás haciendo?”, a lo que respondió “lo que me han mandado, tallar y dar forma a esta piedra”. Cuando le preguntó al tercero “¿qué estás haciendo?”, éste, entusiasmado le respondió: “¡estoy construyendo una Catedral!”.
Con esto me despido, con la sensación de Gratitud y Reconocimiento hacia todos los organizadores, entre quienes nuevamente quiero destacar a Belén Varela. Muy agradecido también a todos los ponentes ya los asistentes con quienes tuve la ocasión de aprender y compartir. Me voy, lleno de energía positiva, de buenas relaciones, de propósitos renovados, sabiendo que comparto un gran camino con otras personas. Como habría dicho el mismo cantero de la anécdota de José Antonio Marina: ¡yo también estoy construyendo una Catedral!
Tony Corredera.
Director de Crecimiento Positivo.
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