Promoviendo la Salud Mental
Hoy es el Día Mundial de la Salud Mental. Hace justo un año escribí otro post en el que comentaba la importancia de visibilizar a estas personas, de no juzgarlas, de tratar de comprenderlas y hacerlo no desde una perspectiva individualista, sino sistémica. Manteniendo el mismo enfoque planteado en el anterior post, este año me gustaría compartir una reflexión sobre los esfuerzos por promover la Salud Mental Positiva.
Cuando hablamos de Salud Mental, en muchas ocasiones centramos el tema en la Enfermedad Mental, en los Problemas Psicológicos, casi utilizando el término como un eufemismo. Promover la Salud Mental en una sociedad como la nuestra, que presiona sistemáticamente en múltiples direcciones opuestas entre sí, resulta un gran desafío. Continuamente recibimos mensajes contradictorios que van desde la importancia de tener éxito profesional (para lo que hay que estar continuamente ocupado con tareas profesionales y/o formativas) hasta la importancia de “estar presentes” en las relaciones personales, reservando tiempo a diario para la pareja, los hijos, los amigos, la familia… Vemos en televisión productos para reducir el colesterol y a continuación un anuncio de hamburguesas con una pinta deliciosa. ¿Estas formas de contradicción promueven el bienestar? ¿Promueven la Salud Mental?
Del mismo modo, existen formas de presión que consisten en mensajes contradictorios, opuestos entre sí, o sencillamente novivos, pero que aparecen disfrazados como “fórmulas de la felicidad, el éxito y el bienestar”. Nuestro deseo de vivir una buena vida, de evitar el sufrimiento propio o de nuestros seres queridos, nos lleva en ocasiones a cometer el error de considerar estos mensajes como verdades absolutas.
Habitualmente suelo decirles a mis pacientes que los psicólogos tenemos muchas más certezas sobre todo aquello que podemos hacer para que las cosas empeoren que sobre lo que hay que hacer para llevar una vida feliz. Eso no quiere decir que no sepamos nada sobre qué se puede hacer para mejorar nuestras vidas, qué estrategias implementar para potenciar nuestro bienestar y el de las personas con quienes nos relacionamos.
Muchísimos estudios científicos en diversos campos de la psicología, como la Psicología de la Salud, la Psicología Social, la Psicología Positiva y la Psicología de las Organizaciones, mencionan de forma consistente hallazgos para mejorar nuestras vidas. Y dichos hallazgos van más allá de la solución de problemas existentes, sino en la mejora de condiciones individuales (gestión de las emociones, de los sesgos cognitivos, de la percepción de capacidad), de las condiciones relacionales y sistémicas.
Sin embargo, ¿cada cuánto tiempo tenemos ocasión de conocer estos hallazgos? Nos bombardean a diario con noticias que generan en nosotros muchas emociones desagradables como miedo, rabia, tristeza… ¿Dónde podemos acudir para nos “bombardeen” con mensajes que generen en nosotros optimismo, esperanza y sensación de que podemos mejorar nuestras vidas? ¿Dónde podemos aprender a potenciar nuestro bienestar? Se deja “lo positivo” a la elección particular de cada uno, de tal manera que se acaba convirtiendo en una gran exigencia discriminar entre tanto mensaje: aquí es donde campan las pseudociencias, que tanto daño están haciendo.
Para cuidar mi Salud Mental y la de quienes me rodean, no basta solo con tratar los problemas cuando éstos aparecen. En todos los años que llevo como profesional de la Psicología he ido observando que las estrategias preventivas pueden ayudarnos muchísimo en el objetivo de promocionar la Salud Mental Positiva.
Desarrollar autoconocimiento y habilidades para pensar en términos científicos, aprender a gestionar nuestras emociones, a comunicarnos de forma efectiva y auténtica, son algunos de los recursos que considero imprescindibles para promocionar nuestra Salud Mental.
Esto es en gran parte lo que he aprendido en mi consulta. Pero también me parece esencial entender la dinámica de relaciones en la familia, en los trabajos, allí donde pasamos tiempo con otros.
Generar un tipo de comunicación que permita a las personas relacionarse sin miedo, donde la empatía y la compasión sean dos pilares básicos a la hora de comunicarnos, resultan factores determinantes para construir sistemas que faciliten situaciones promotoras de Salud Mental. Dicho de otro modo: que uno quiera estar en esos lugares con esas personas, porque siente que suma y que le suman.
Psicólogos de fama mundial, desde diferentes ramas de estudio, llaman a esto trabajar en el Florecimiento Humano (por ejemplo, Martin Seligman o Steven Pinker).
¿Y si la clave para promocionar la Salud Mental hoy también pasa por crear eventos donde el objetivo sea Florecer, donde la meta sea CRECER? Algunas personas hemos decidido dar un paso adelante y compartir nuestros conocimientos, experiencias y voluntades para promocionar no solo la Salud Mental, sino también el Florecimiento, el Bienestar y la Felicidad.
Este mes de Octubre tienen lugar una serie de eventos que tratan de equilibrar esta balanza, compartiendo hallazgos científicos, experiencias profesionales e historias inspiradoras: Pamplona en Positivo, que tendrá lugar los próximos 19 y 20 de Octubre, y La Laguna en Positivo, que tendrá lugar el 27 de Octubre. Y dado que también coincide que la próxima semana se celebra en Madrid un congreso académico sobre Psicología Positiva, considero que estamos ante un #OctubrePositivo.
¿Te sumas a la acción de plantar la semilla del Crecimiento? Yo te espero en Pamplona la semana que viene. ¡Allí nos vemos!
Tony Corredera.
Director de Crecimiento Positivo.
- Pamplona en Positivo se celebró los días 19 y 20 de Octubre de 2018.
- El IV Congreso Español de Psicología Positiva se celebró en Madrid los días 18, 19 y 20 de Octubre de 2018.
Cómo conseguir tus metas a través del Optimismo
Los próximos días 19 y 20 de Octubre vamos a celebrar en la ciudad de Pamplona el evento #PamplonaenPositivo, en el que participo activamente como parte de la Dirección Científica y ponente en ambos días. Mi socio Iosu Lazcoz, el auténtico motor de este proyecto es quien ha hecho posible que podamos desarrollar un evento de este calibre. Junto con él, mucha otras personas, en mayor o menor medida, están contribuyendo a que este evento sea inolvidable. Te recomiendo que no te lo pierdas, va a ser inspirador y emocionante: ¡vente!
Desde mi blog, comparto el siguiente post que fue originalmente publicado en www.eventosenpositivo.com, donde también puedes comprar tus entradas para asistir a nuestro evento:
El Optimismo ha pasado por una época en la que ha sufrido “mala reputación“. Durante demasiado tiempo se ha dado por válida la afirmación siguiente: “yo no soy pesimista ni optimista, soy realista“. Muchos intelectuales, académicos y referentes culturales y sociales han abrazado el discurso pesimista y dicho discurso ha acabado pareciendo que es el más razonable. “Piensa mal y acertarás“, sería el corolario mediante el cual se expresa mejor esta tendencia tan extendida de un tiempo a esta parte.
Lo curioso del asunto es que cuando diseccionamos el término Optimismo y estudiamos en profundidad sus mecanismos de acción, nos damos cuenta que incluso el más recalcitrante pesimista ha de utilizar determinadas herramientas para alcanzar sus objetivos en la vida. Una de estas herramientas, es la predisposición a considerar el mejor resultado posible y las acciones planificadas que me acercan progresivamente hacia mis metas. Esto es lo que, en esencia, hace una persona optimista cuando ha de encarar un desafío o alcanzar un objetivo.
Sobre Optimismo y otras Fortalezas Personales asociadas os hablaré el próximo día 19 de Octubre en mi ponencia “Cómo conseguir tus metas a través del Optimismo“, dentro del Congreso Pamplona en Positivo, del que me siento enormemente orgulloso y agradecido de pertenecer.
La frase que aparece a la izquierda, mayoritariamente atribuida a Henry Ford en redes sociales (y según otras fuentes, a Confucio), parece uno de esos ejemplos a partir de los cuales el Optimismo parece haberse ganado su mala reputación. En mi trabajo como psicólogo, sin embargo, me encuentro con mucha frecuencia que la primera razón por la que algunas personas no consiguen sus objetivos es porque no lo intentan. ¿Y por qué no lo intentan? Porque se han convencido de que, simplemente, no podrán conseguirlo.
Muchas de estas personas a las que hago referencia están experimentando lo que se conoce en psicología como Indefensión Aprendida, la percepción de que haga lo que haga, el resultado siempre será el mismo: el fracaso. Así que estas personas no lo intentan. ¿Alguien se siente identificado? Estoy seguro de que todas las personas hemos tenido alguna vez esa sensación. Un puesto de trabajo para el que no nos sentíamos preparados; una persona que nos gusta mucho pero con la que nos asusta hablar; una tarea que nos han presentado de forma tan compleja que parece solo al alcance de un genio. ¿Pensar que podré hacerla mágicamente me dejará preparado para afrontarla? NO. El Optimismo no es pensar en positivo, no es creer que lo puedo todo y de pronto ya es posible.
Es importante contar con herramientas específicas para que esta percepción no dure demasiado tiempo y reaccionar de una forma diferente. Pensar que es posible afrontar una situación puede orientarme hacia la búsqueda de soluciones específicas, a la puesta en práctica de dichas soluciones y a no rendirme ante la posibilidad de que no lo resuelva a la primera. Durante la ponencia hablaremos de cómo el Optimismo, la Perseverancia, el Autocontrol o la Perspectiva, como Fortalezas Personales que podemos aprender a potenciar en nosotros, nos orientarán hacia la consecución de nuestras metas y también hacia un mejor afrontamiento de las adversidades.
Tras 12 años trabajando con personas que necesitan ser escuchadas, resolver problemas, alcanzar metas y desarrollar habilidades de afrontamiento, creo que es momento de compartir con quienes estéis en Pamplona en Positivo el próximo día 19, algunas claves prácticas que nos ayudarán en nuestros objetivos vitales y nos generarán una mayor sensación de capacidad, bienestar y resiliencia. ¡Os espero entusiasmado!
Tony Corredera.
Director Científico de Pamplona en Positivo.
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Celebrando los 10 Años de Crecimiento Positivo
Hay acontecimientos en la vida que resultan tan emocionantes en su proceso como en su resultado, tan ilusionantes que te llevan con facilidad a las metas, que tienen tanto sentido para uno mismo que en ningún puedes plantearte no hacer que sucedan… Este es un post difícil de escribir porque estoy convencido de que no voy a poder expresar en su justa medida lo que vivimos juntos el pasado 6 de abril.
Cuando el pasado mes de septiembre de 2017 se cumplieron 10 años del nacimiento de la idea “Crecimiento Positivo” comencé a darle vueltas a muchas posibilidades para celebrar una fecha tan importante y significativa para mí. ¿Qué podía hacer para conmemorar el recorrido? Confieso que en esos primeros instantes mi imaginación voló muy alto: era tanta la ilusión por compartir que no conseguía orientar mis decisiones hacia algo más humilde y realista. Por suerte, estoy acompañado de un entorno que me ha ayudado a encontrar el modo de celebrar como se merecía este recorrido.
Así fue tomando forma la idea de compartir una charla con quien quisiera, especialmente con aquellas personas que han compartido sus vidas con nosotros en algún que otro momento, como pacientes, psicólogos en formación, asistentes a talleres, amigos y familiares…
Porque lo más significativo de estos 10 años han sido las personas. Desde que comencé mi estudios de Psicología, allá en 1998, siempre quise aprender cómo somos los seres humanos, qué condiciones afectan a nuestra realidad y porqué reaccionamos como lo hacemos: ¿qué significa ser humano? Es evidente que en estos 20 años (9 de estudios y 11 de profesional) que han pasado no he obtenido respuestas concluyentes, tal vez porque no existen, pero sí que he aprendido mucho en este recorrido y lo que más me apetecía era compartirlo.
El pasado viernes 6 de abril fue un día muy emocionante. Me sentía casi eufórico por la oportunidad que teníamos de marcar una pequeña diferencia con este evento, puesto que no solo era nuestro cumpleaños y teníamos mucho que compartir con los asistentes, sino porque habíamos decidido donar el 50% de lo que recaudásemos a la ONG “Save the Children“, de manera que este encuentro sirviera no solo a los presentes, sino también que tuviese resonancia en personas que realmente necesitan ayuda para las necesidades más básicas. La primera buena noticia fue esa, la generosidad de todas las personas que se apuntaron al evento y que, sabiendo cuál era el destino de su contribución, decidieron acudir.
No tengo más que sentimientos de gratitud hacia las personas que asistieron porque conseguimos el objetivo de hacer un donativo significativo todos juntos. Quizá ese es uno de los aprendizajes más potentes de estos 10 años: juntos podemos hacer grandes cosas y ser generadores de esperanza. Pero no una “esperanza pasiva”, propia de quien se queda quieto a esperar que todo pase, sino la “esperanza activa“, propia de los optimistas inteligentes, que pasan a la acción para resolver las adversidades y transformar el mundo.
Compartimos muchas cosas esa tarde: los lugares comunes donde todos nos sentimos reconocidos, los descubrimientos que hemos ido realizando para ayudar a los demás a ser más felices, las decisiones basadas en lo que nos apasiona (y que aparentemente parecen insignificantes) pero que lo cambian todo…
Compartimos sorpresas, como la de Toñi, que leyó una carta muy emotiva que casi nos hace llorar, compartimos una merienda al final, compartimos abrazos, risas y lágrimas de emoción. Porque el eje son las personas, el motor las emociones compartidas y el sentido de todo esto… la Esperanza de que poco a poco, y entre todos, construiremos un mundo mejor.
Muchas gracias a tod@s por estos maravillosos 10 años. ¡A por otros 10!
Tony Corredera.
Director de Crecimiento Positivo.
Learn MoreSentirte querido
Habíamos llegado a esta cuestión de una forma muy natural, a través del relato de las actividades que había estado realizando en la última semana:
- “¡Qué majos que son mis amigos! Con lo lejos que viven y se acercaron a mi barrio solo para verme…”.
- “Es verdad, decidieron ir a verte, ¿es que habitualmente no lo hacen así?”.
- “No, soy yo la que me muevo siempre; ya sabes, soy un culo inquieto”.
- “Entonces, ¿qué ha cambiado esta vez? ¿Porqué han decidido ir ellos a verte en este caso?”.
- “Bueno… es que… como habíamos hablado la última vez en consulta… se lo pedí“.
- “Ahora entiendo. Entonces tus amigos han ido a verte porque se lo has pedido, a pesar de que, como dices, viven en otros barrios, lejos de ti”.
- “Sí…”.
- “Y, aunque viven lejos, solo por pedírselo: ¿han acudido a tu llamada? ¿Sabes porqué han respondido tan positivamente?”.
- “Es que son muy majos…”.
- “Sí, es verdad que lo has dicho. Pero, más allá de lo majos que son, ¿porqué han ido a acompañarte, a arroparte, a estar contigo en este momento tan delicado?
- (tras unos segundos de silencio) “Pues… porque me quieren“.
- “Qué interesante: entonces han ido a verte porque te quieren. ¿Y porqué crees que te quieren?”.
- “Es que yo los quiero mucho también…”.
- “Eso es cierto. Quieres mucho a tus amigos. Ya me has contado algunas veces los detalles que tienes, cómo les cuidas, cómo les tratas… Sin embargo, en este caso son ellos los que, rompiendo con la pauta, te están arropando a ti, porque se lo has pedido, porque te quieren, porque….”.
- “… ¿Porque me lo merezco?…”.
- “¿Es una pregunta? ¿Me preguntas si te mereces que te quieran?”
- (sonriendo) “… No, lo afirmo: me merezco que me quieran mucho“.
- “Claro, te mereces que te quieran, que te arropen cuando lo necesitas… Y por primera vez estás rompiendo tu pauta, pidiendo que te cuiden, que te acompañen, que te animen. Así es como funciona: si pides lo que necesitas, si muestras tu vulnerabilidad, los demás tienen la oportunidad de demostrarte lo mucho que te quieren. Como acabas de comprobar”.
Este diálogo, que he tenido decenas de veces en estos 10 años de trabajo, representa una de las situaciones que más comúnmente me he encontrado en algunas personas que esperan que los demás se den cuenta de sus necesidades… Paradójicamente son personas que habitualmente tienen la iniciativa de ayudar a los demás, se muestran generosos con su tiempo y su dedicación a las relaciones familiares y de amistad, y ofrecen una imagen de autosuficiencia que podría interpretarse como que “siempre están bien”. Conviene recordar que, aunque casi siempre estemos bien, TODOS necesitamos sentirnos queridos.
A veces, conviene recordarnos que nos merecemos el amor de quienes nos rodean, para que nos resulte un poco menos difícil pedir a esas personas que nos muestren su cariño: un abrazo, un reconocimiento, un oído que escucha… Puede parecer simple, aunque no siempre resulte sencillo de llevar a cabo.
No esperes a que los demás se den cuenta de tus necesidades. Quiérete lo suficiente para pedir aquello que necesitas. Si, como las personas que están representadas en el diálogo del inicio, han cuidado mucho sus relaciones, verán cómo su entorno responde de maneras que no habrían imaginado. Porque recuerda: te mereces que te quieran.
Tony Corredera.
Director de Crecimiento Positivo.
Learn MoreDía Internacional de la Felicidad 2018
El Día Internacional de la Felicidad es una fecha señalada en la agenda para cualquier especialista en Psicología Positiva. Ayer se produjeron muchísimas iniciativas en diferentes lugares del planeta para conmemorar la importancia de la Felicidad en nuestras vidas. En 2012, Naciones Unidas aprobó una resolución a partir de la cual desde el 20 de Marzo de 2013 se celebraría el Día Internacional de la Felicidad; la influencia de las propuestas del gobierno de Bután, como el FIB (Felicidad Interior Bruta) para medir el progreso de los países, fue determinante.
Hace un par de meses el AMPA del IES Albalat me invitó a su Semana de las Emociones, una iniciativa que tienen en marcha desde hace algún tiempo y que encaja dentro de su filosofía para trabajar con el alumnado la Inteligencia Emocional. Acordamos que mi visita coincidiera con el Día Internacional de la Felicidad y que haríamos intervenciones con alumnos de Bachillerato por la mañana y con las familias por la tarde.
Las intervenciones con el alumnado de 1º y 2º de Bachillerato giraron en torno al contenido “Activa tus Fortalezas“, aunque lo verdaderamente interesante fue la interacción con sus situaciones particulares. Como he podido comprobar en otros centros de secundaria, los alumnos de Bachillerato, especialmente en 2º, viven sujetos a una enorme presión académica, que les llevan a renunciar casi por completo a sus intereses, placeres y pasiones. Podéis leer reflexiones al respecto aquí.
Lo que más me llamó la atención en muchos de estos alumnos es que están profundamente bloqueados, en un estado de Indefensión Aprendida desde hace meses. La necesidad de aprender herramientas que les ayuden a manejar la presión académica, a salir airosos de la adversidad, es muy evidente; tal vez, una de las cosas que hemos de hacer por ellos es ayudarles a transformar sus creencias dicotómicas que les llevan a dejar de lado por completo sus aficiones, sus pasiones, sus relaciones de amistad en muchos casos.
La sugerencia de descubrir, desarrollar y potenciar sus Fortalezas Personales les resultó interesante y motivante a partes iguales. Equilibrar el tiempo de responsabilidad y ocio, equilibrar el uso de sus fortalezas en diferentes ámbitos de sus vidas, utilizar diferentes herramientas para incrementar sus emociones positivas, sus experiencias óptimas, mejorar sus relaciones interpersonales también fueron parte de estos encuentros. Hubo muchísima participación en el grupo de 1º de Bachillerato, mucha curiosidad, mientras que en 2º de Bachillerato la participación fue menor, tal vez por las mismas razones que he argumentado anteriormente: Indefensión y Bloqueo.
Por la tarde, tuvimos un encuentro con las familias y profesores de los alumnos, para charlar sobre “Fortalezas Personales en las Relaciones Familiares“. Aunque la expectativa del Instituto y del AMPA no era inicialmente muy optimista sobre la asistencia, lo cierto es que estuvo cerca de las 30 personas. En mi experiencia colaborando con escuelas, esta es una cifra considerablemente alta.
La participación de los asistentes fue continua, con preguntas, aportaciones, ejemplos, etc. Al inicio nos centramos en cómo podríamos ayudar a nuestros hijos a descubrir sus fortalezas, animarles a desarrollarlas y potenciarlas, con ejemplos de diverso tipo y desde metodologías diferentes: propuestas clásicas como la identificación de Fortalezas de Martin Seligman, otras más modernas como el desarrollo de Fortalezas de Christopher Peterson, así como el modelo de Lea Waters de Fortalezas de Crecimiento.
Después, a través de ejemplos específicos, hablamos de cómo mejorar las relaciones familiares desde la Comunicación Positiva, la gestión de los conflictos mediante herramientas específicas y sencillas de implementar, siempre de forma adaptada a la realidad de las familias presentes.
Para terminar, quería agradecer a los alumnos y familias del centro escolar su participación, su escucha, su interés y curiosidad por la propuesta que les he llevado, ha sido maravillosa la respuesta de toda la comunidad educativa del Instituto. Y cómo no, no puedo dejar de mostrar mi gratitud, de manera más específica, por la oportunidad de impartir estas charlas en el día de ayer a Javier, Presidente del AMPA, y también a Carolina, la Directora del IES Albalat, por su cariño, recibimiento y generosidad en todo momento. ¡Muchísimas gracias!
Tony Corredera.
Director de Crecimiento Positivo.
Learn MoreLa Paradoja del Ataque de Pánico
Desde hace unos años, pero de forma mucho más frecuente durante 2017, muchas personas que han acudido a la consulta para resolver una demanda relacionada con los Ataques de Pánico. Al consultar a otros colegas de profesión hemos constatado un incremento significativo de las consultas relacionadas con problemas de ansiedad, especialmente relacionadas con Ataques de Pánico. La prensa también se ha hecho eco sobre el creciente problema de la ansiedad en nuestra sociedad; podéis leer un interesante artículo aquí.
Muchos pacientes manifiestan que sus experiencias iniciales de Ataque de Pánico han sido tan desagradables, tan terribles, que llegaron a pensar que estaban sufriendo un infarto, que podían morirse. En muchos casos, las personas alrededor acababan llamando al 112 y siendo antendidos por personal sanitario de una ambulancia y siendo trasladados a Urgencias. Esta misma experiencia, en muchos casos, confirma a los propios pacientes que algo muy malo podría pasar.
Uno de los casos que atendí el año 2017 contaba que su primer ataque de pánico fue tan intenso que llamaron a una ambulancia y le trasladaron a Urgencias. Allí, el personal sanitario activó el protocolo diagnóstico habitual que trata de descartar la posibilidad de un infarto de miocardio: le hicieron un Electrocardiograma (ECG) y tras descartar el infarto le administraron un ansiolítico (un fármaco que trata los síntomas de ansiedad, reduciendo, en el mejor de los casos, la respuesta fisiológica del organismo).
Durante todo el proceso, el traslado en ambulancia, el ECG, la “breve” espera hasta confirmar diagnóstico (30 minutos en total, lo que considero una respuesta muy efectiva), el paciente no recibió ninguna información, ninguna comunicación sobre lo que estaba ocurriendo. De manera que su interpretación durante todo el proceso: “me estoy muriendo, me está dando un infarto, y estas pruebas lo confirman” fue configurando el MIEDO que posteriormente acaba convirtiéndose en la variable de mantenimiento más importante que explica la aparición de los siguientes ataques de pánico.
(No quiero que se interprete esta observación como una crítica hacia los servicios de emergencia, ni mucho menos. Yo mismo durante el año 2016 acudí 2 veces a urgencias por fuertes dolores en el pecho y pasé ambas veces por el protocolo anteriormente descrito. En mi caso, era una lesión en mi espalda que acabó provocando dolor en múltiples zonas de mi espalda y torso).Las variables que explican el primer ataque de pánico y las variables que mantienen los siguientes ataques de pánico suelen ser diferentes. De hecho, es así para la mayoría de los problemas psicológicos que atiendo en la consulta: lo que origina el problema no suele tener que ver mucho con lo que lo mantiene. Y los cambios que son posibles para superar esos problemas, incluyendo el ataque de pánico, tienen que ver con la modificación de las variables que mantienen el problema: cambiando la conducta, la manera de afrontar esas situaciones, se puede superar el problema.
Si os habéis fijado, he hablado de miedo y ansiedad como conceptos diferentes, aunque tienen relación de influencia entre sí. Muchas personas que conozco utilizan ambos términos como sinónimos, para referirse a experiencias que abarcan desde los pensamientos, las creencias, las reacciones fisiológicas, las emociones… Más allá de la preferencia de un profesional sanitario y su modelo de referencia (modelo médico, modelo psicológico bio-psico-social, etc.), he visto que muchos de mis pacientes se sienten confusos cuando hablan de sus experiencias de ansiedad, de sus ataques de pánico.
En la fase inicial del tratamiento, lo que muchos de mis colegas llamamos “psico-educación” tratamos de, tras evaluar el problema, clarificar términos con el paciente y crear un lenguaje común que facilite la comprensión de cómo funciona el problema. En esta fase, y basándome en la propuesta de tratamiento para los Ataques de Pánico del psicólogo italiano Giorgio Nardone (1), considero que resulta útil utilizar de manera diferente los términos ansiedad y miedo; así ayudamos al paciente a identificar mejor lo que le ocurre y qué tipo de herramienta utilizar:
- Entendemos por Ansiedad todas las reacciones fisiológicas del organismo: respiración entrecortada, pulso acelerado, taquicardia, tensión muscular, etc.
- El Miedo son las percepciones, pensamientos e interpretaciones que hacemos sobre la situación, tanto antes, durante, como después de las manifestaciones fisiológicas del organismo.
Eliminando la “confusión” terminológica, facilitamos que los pacientes reconozcan mejor lo que les ocurre y utilicen las herramientas apropiadas para cada ocasión.
Lo que ocurre en muchos casos antes de que los pacientes acudan a la primera consulta es que ha habido muchos más Ataques de Pánico desde el primer ataque de pánico. La mayoría de los pacientes, a partir del primer ataque de pánico, desarrollan lo que se conoce como “miedo al miedo”, que, en el caso de la terminología que utilizo en la consulta, es tanto un “miedo a la ansiedad” (a los síntomas de ansiedad) como un “miedo al miedo” (es decir, miedo a estar en situaciones que puedan provocar ataques de pánico).
Es a partir de este momento, en un intento de controlar un nuevo ataque de pánico, que un porcentaje altísimo de esos pacientes desarrolla sus propias estrategias de afrontamiento ante la aparición de los síntomas que ellos identifican como un posible ataque de pánico:
- Evitar situaciones en las que se ha producido algún ataque de pánico, o que potencialmente les generen síntomas fisiológicos de ansiedad.
- Escapar de situaciones en las que sienten que se están poniendo nerviosos o tienen síntomas de ansiedad.
- Ante cualquier cambio fisiológico interno, se autoexploran en busca de la confirmación de que están bien, o de que tienen ansiedad, o de que van a sufrir un nuevo ataque de pánico.
- Buscar ayuda para afrontar el miedo a las situaciones que podrían provocar ataques de pánico, pero de una forma disfuncional: solicitan ayuda para hacer cosas que podrían hacer sin esa ayuda, desarrollando una percepción de incapacidad y una potencial dependencia de los demás.
- Hacer ejercicios de respiración profunda. Esto provoca que, en el momento en el que sienten reacciones de ansiedad, presten una atención excesiva a su respiración, lo que también genera una mayor atención al resto de reacciones fisiológicas, lo que acaba creando la percepción de miedo a perder el control. Esta estrategia de respiración profunda, o los ejercicios de relajación muscular progresiva, pueden funcionarle a algunas personas, pero en mi experiencia profesional distan mucho de ofrecer resultados universales.
Estas mismas estrategias son, en gran medida, las que mantienen el problema y provocan un efecto paradójico: en el intento de controlar sus ataques de pánico, autoexplorándose, tratando de relajarse y respirar profundo, acaban perdiendo el control y sufriendo nuevos ataques de pánico.
Es algo que me he encontrado en la consulta en el 90% de casos cuya demanda principal eran los ataques de pánico. Si en la primera fase del tratamiento, que como señalé antes, llamamos “psico-educación“, aclaramos los términos y los pacientes discriminan mejor lo que les está ocurriendo, la adherencia al tratamiento posterior, que siempre tiene matices diferentes, es mayor.
Y esto es importante, porque muchos pacientes que sufren ataques de pánico de forma recurrente han aprendido unas herramientas de gestión disfuncionales pero a las que les resulta muy complicado renunciar. Hablarles del efecto paradójico del intento de control que lleva al descontrol, y que tienen que renunciar a seguir haciendo lo que habitualmente hacen, les genera un poco de (o mucha) intranquilidad. Una vez descubierta esa paradoja (que cuanto más tratan de controlarlo, más incontrolable parece) se trata de utilizar las herramientas adecuadas a cada una de las variables habituales que mantienen el problema. Si utilizamos una herramienta para enfrentarnos al miedo cuando lo que sentimos es una reacción fisiológica de ansiedad, seguramente no funcionará; del mismo modo, si tenemos pensamientos intrusivos de miedo y los afrontamos con una técnica de reducción de la ansiedad, seguramente tampoco funcionará.
Una adecuada evaluación (para descubrir cómo se mantiene el problema), junto a la fase de psico-educación anteriormente explicada, y una adecuada selección de técnicas para el afrontamiento de la ansiedad, por un lado, y del miedo, por otro, serán el camino para resolver el problema de los ataques de pánico de forma rápida y eficaz (2).
Tony Corredera.
Director de Crecimiento Positivo.
(1) Podéis saber más sobre el tratamiento de los Trastornos de Ansiedad propuesto por el Profesor Giorgio Nardone, de la Escuela de Terapia Breve Estratégica de Arezzo en los siguientes libros:
(2) También recomendamos la lectura del manual de “Terapia Cognitiva para Trastornos de Ansiedad“, de David A. Clarck y Aaron T. Beck.
Learn MoreGratitud
Durante estos 10 años de trabajo en la consulta, me he esforzado por ser consciente del privilegio que supone ver crecer a las personas que han acudido a buscar ayuda en los diferentes lugares donde he estado desarrollando mi profesión: primero en el Centro de Psicología Aplicada (CPA) de la Universidad Autónoma de Madrid, después en mi consulta de Crecimiento Positivo, más tarde durante 1 año en el IEPP, y después de nuevo en Crecimiento Positivo. Quiero dedicaros este post a vosotr@s, las personas que de un modo u otro han compartido parte de su trayecto conmigo, que han solicitado ayuda y a las que he tenido el honor de acompañar. ¡GRACIAS!
Echando la vista atrás impresiona la cantidad de personas con las que he trabajado tras 10 años. Varios centenares, a estas alturas. Personas con sus biografías, sus inquietudes, sus objetivos, sus miedos y esperanzas; personas fuertes y vulnerables al mismo tiempo, con problemas de todo tipo, con habilidades de afrontamiento de todo tipo también. Soy consciente de que no he podido ayudaros a tod@s, como es lógico: ni soy infalible ni pretendo serlo. Lo que sí espero que que hayáis percibido mi empatía y honestidad. De nuevo, os doy a tod@s las GRACIAS.
También soy consciente de que ha habido muchas personas que sí se han sentido acogidas y ayudadas, que han alcanzado sus objetivos y metas, encontrando entre sus recursos, más los nuevos aprendidos, formas de vivir más felices y auténticas. Cuando el pasado septiembre anuncié que nuestro proyecto, Crecimiento Positivo, cumplía 10 años de vida, muchas personas que han pasado por la consulta nos felicitaron. Pensé: “¿cómo puedo celebrar estos 10 años?“.
Y enseguida pensé que quería rendir homenaje a todas esas personas que habéis compartido un trocito de vuestras biografías con nosotros, de un modo u otro. Lo que se me ocurrió al principio era grabar un vídeo con todas las personas que quisieran participar hablando de sus experiencias, en consulta, en cursos y talleres, con nosotros. Reconozco que la idea gustó, pero que no ha sido posible porque se ha impuesto la timidez 🙂 Sin embargo, recibí muchos mails con pequeños discursos sobre lo aprendido en sus experiencias en Crecimiento Positivo. Si tenéis curiosidad por leer algunas, de las personas que me habéis dado permiso para compartir, podéis leerlas aquí.
En estos 10 años he aprendido mucho de todas las personas que han acudido a las diferentes consultas. Como muchos de vosotros sabéis, la Gratitud es una de las Fortalezas Personales que más influencia positiva tiene en nuestro bienestar subjetivo, en nuestras relaciones y en el modo en que nos sentimos conectados a nuestro propósito vital. Muchas de las personas que habéis trabajado las diferentes tareas relacionadas con la Fortaleza de la Gratitud habéis dicho muchas veces que el impacto positivo sobre vuestras vidas ha sido un facilitador del cambio que habéis hecho dentro de vuestros procesos terapéuticos.
Pero la Gratitud no sólo se trabaja en algunos procesos terapéuticos, sino que es algo que podemos practicar cualquiera de nosotros y ver sus efectos en nuestras vidas. ¿Cuántas de las personas que han venido a nuestras formaciones, cuántos de nuestros amigos y familiares que han hecho alguna tarea de Gratitud han visto incrementada su Felicidad y Bienestar? Este post me sirve para AGRADECEROS a todos vuestro paso por Crecimiento Positivo.
Y termino anunciando una “primicia” para este 2018: durante los próximos meses impartiré una Conferencia-Homenaje a todo lo vivido y aprendido durante estos años de todos vosotros, a la que creo que llamaré: “Qué he aprendido sobre la Felicidad tras 10 años ayudando a otras personas“. Para mí sería un placer que os animéis a asistir no solamente para observar nuestro recorrido de 10 años, sino para recaudar la mayor cantidad de fondos posibles; la mitad de lo recaudado irá destinado a una donación para una ONG.
¿Os animáis a seguir creciendo con nosotros? ¡Nos encantaría contar contigo!
Tony Corredera
Director de Crecimiento Positivo
Learn MoreLos “influencers” de tu vida
Termina el año 2017 y, como cada final de año, observo a mi alrededor la tendencia a recapitular lo sucedido durante los 364 días anteriores; propósitos cumplidos, metas no alcanzadas, frustraciones, experiencias vividas, pérdidas y ganancias… Como siempre, hay quien prefiere quedarse con lo positivo del año, otras personas se quedan con los aprendizajes (que no siempre proceden de experiencias positivas), mientras que muchas otras no pueden evitar centrar su atención en las pérdidas: lo que no he logrado, de quiénes me he despedido, a quiénes se echa especialmente de menos por ser las fechas que son…
Este 2017 ha sido un año muy intenso para mí, en el que han ocurrido tantas cosas que seguramente resultaría imposible abarcarlas todas en este lugar. Como ya compartí en el post “Diez Años de Crecimiento Positivo“, en septiembre comenzó nuestro décimo aniversario y este hito ha supuesto para mí, de forma casi inevitable, revisar el recorrido tanto personal como profesional. Quienes me conocen saben que hace 10 años viví un momento personal muy duro, en el que me sentí profundamente perdido. Gracias a las personas que me rodearon entonces, que me apoyaron, que me inspiraron, que me guiaron, pude reencontrar mi camino. Crecimiento Positivo es el vehículo que representa ese proceso de Resiliencia vivido.
Como parte del aniversario de Crecimiento Positivo, he querido compartir este hito con muchísimas personas que han formado parte y me he encontrado, sorprendido, muchísima Gratitud: personas que han contribuido a construir el proyecto, personas que han pasado por procesos terapéuticos, personas que han participado de nuestras formaciones… Personas que muestran gratitud por haber participado, por haber aprendido, por haber crecido siendo parte de esta idea, de este espacio, de este proyecto. Todas estas muestras de cariño y apoyo, algunas de ellas repetidas en los últimos meses, me han llevado a reflexionar sobre la influencia que todos tenemos sobre las personas con quienes compartimos nuestras vidas.
¿Sois conscientes de las personas que han influido en vuestras vidas para estar justamente donde os encontráis ahora? ¿De qué manera influis en las personas que os rodean? Uno de los elementos que más influyen en nuestro bienestar son nuestras relaciones, de manera que estas preguntas resultan más importantes de lo que pueda parecer. En el año en el que he atendido a más personas en situaciones de soledad disfuncional, resulta aún más relevante comprender cómo nos influimos mutuamente, cómo un pequeño gesto, una palabra adecuada, puede resultar clave para ofrecer esperanza, sentido y propósito vital.
Hoy está de moda hablar de “influencers“, personas que a través de redes sociales crean tendencia, cuyas opiniones son escuchadas y tenidas en cuenta por millones de personas en el mundo. Se trata de una gran responsabilidad. ¿Recuerdas cuál fue la persona que influyó de forma decisiva en tu elección de carrera? ¿Aquella que te ayudó a desarrollarte profesionalmente? ¿Aquella persona que día a día te inspira con sus palabras, con sus acciones, tal vez sin que ella misma lo sepa? Quiero compartir con vosotros algunos ejemplos, a modo de homenaje, de personas fuera de mi familia que influyeron decisivamente en mi trayectoria:
Cuando tenía 16 años cursé una asignatura optativa en mi instituto llamada “Psicología”. El profesor, Mariano, era el Orientador del instituto; su forma de explicar, su pasión a la hora de ejemplificar, hicieron que me enamorara de la Psicología. Solo tenía 16 años y acababa de elegir qué quería hacer con mi vida: elegí gracias a él mi carrera, dónde la estudiaría y hacia dónde quería dirigirme después. Han pasado 18 años y puedo afirmar que el año que aquel profesor pasó por mi vida me cambió la trayectoria para siempre. Hoy Mariano ya no está presente para leer esto, pero cada fin de año AGRADEZCO que pasara por mi vida, que me influyera hasta el punto de ayudarme a convertirme en el hombre que soy hoy. Fue un guía magnífico y siempre recordaré la importancia que ha tenido en mi vida.
Cuando terminé mi licenciatura y mi primer máster en la Universidad Autónoma de Madrid (todos cursados en la misma universidad que Mariano me recomendó), Julia fue la primera persona que me dio una verdadera oportunidad de ejercer mi profesión. Ella fue mi profesora durante la carrera y el máster, mi mentora y supervisora. Puede parecer poco, pero esta oportunidad supuso cumplir mi primer sueño profesional, además de empezar una verdadera escuela profesional y práctica. En 4 años en el Centro de Psicología Aplicada aprendí lo que supone ser Psicólogo Clínico, a trabajar con responsabilidad, cercanía, humildad, ética y profesionalidad. Julia, con su oportunidad, me ayudó a acercarme un poco más a mi meta profesional. Por suerte para mí, Julia sí está presente en mi vida y le he hecho saber siempre que he podido que le agradezco de corazón su influencia positiva en mi vida.
Quienes hayáis leído el post del décimo aniversario sabréis que Francis fue otra persona cuya influencia fue esencial, justo hace 10 años, para construir Crecimiento Positivo. Su apoyo, guía y ayuda fueron esenciales para progresar y seguir adelante tras el mal momento que atravesaba.
La Gratitud es una de las Fortalezas Personales que más repercuten en las relaciones interpersonales; más allá de las referencias a estudios específicos, el relato de mis pacientes, allegados y mi propia experiencia generan en mi la impresión de que esta afirmación es bastante certera. Cuando mis pacientes han practicado la Gratitud han manifestado que se han sentido más cerca de las personas que les importan, que se sienten más conectados y, en muchos casos, han “reactivado” las relaciones positivas de sus vidas. Me quedaría corto sin mencionar la influencia positiva que Natalia, Paco, Mariano, Javi, Teresa Pepelu, Sergio, Iosu, José Juan, Marian, David, María, Baby, María M, y un larguísimo etcétera, han tenido en mi trayectoria vital.
No soy lo suficientemente inteligente para hablar sobre mi influencia en los demás, pero estoy bastante seguro de que que la tengo. En mi familia, en mis amigos, en las personas con quienes trabajo, con quienes me cruzo e interactúo en el día a día. Cuando sonrío y saludo al subir al autobús, cuando doy las gracias al ser atendido en un comercio, cuando saludo a mis vecinos y pregunto qué tal están, estoy influyendo en esas interacciones y, porqué no, en el día que tendrán. ¿Recordáis el post en el que hablaba de Carmen, una persona cuya influencia positiva alegraba la mañana de todos los clientes de la cafetería donde trabajaba? A eso me refiero, a la importancia de los pequeños gestos.
¿A quiénes influis vosotros? ¿Qué tipo de influencia tenéis y cómo lo hacéis? Tanto si sois conscientes como si no, ¿os apuntáis a ser “influencers” positivos en la vida de quienes os rodean?
Tony Corredera
Director de Crecimiento Positivo
Learn MorePseudociencias, gurús y sus peligrosos efectos (I)
Cuando estudiaba mi Master en la Especialización en Psicología Clínica, redacté un pequeño artículo para la clase de “Desvinculación de Sectas”, en el que reflexionaba sobre el efecto que los Grupos de Manipulación Psicológica y las diferentes (y demasiado extendidas) Pseudociencias tenían en la población en general y, concretamente, en los grupos de riesgo: personas que están sufriendo, que se sienten perdidas, que no encuentran su lugar en el mundo y que no consiguen ver su “sentido vital”. ¿Quién no se ha sentido así alguna vez? Todos somos susceptibles de atravesar un momento complicado en nuestras vidas y es en ese momento, en ausencia de ciertos factores de protección, cuando los mensajes pseudocientíficos, en boca de una persona con autoridad, pueden tener efectos explosivos. Os dejo ese artículo, de 2005, aquí.
Hace mucho tiempo que deseaba escribir sobre este tema, pero el impulso lo he recibido al escuchar la terrible historia real de una buena amiga mía. Tener una enfermedad cuyo nombre, en el imaginario colectivo, se asocia inmediatamente con la muerte, es suficientemente duro como para que, además, profesionales de la salud te CULPEN de dicha enfermedad:
- Afirmar que tu cáncer es el resultado de un “problema emocional sin resolver” es una falacia y una autética barbaridad.
- Decir que “si tu tumor mide 6 centímetros, entonces es que hace 6 años te ocurrió algo que no has resuelto“, es una estupidez directamente.
Estas son las afirmaciones que un médico, una psicooncóloga y alguna enfermera hicieron a mi amiga; son afirmaciones procedentes de la Bioneuroemoción, una teoría sin fundamento científico y sin estudios que avalen sus afirmaciones. Pinchando aquí, podéis leer un informe de RedUne (Asociación para la prevención de la manipulación sectaria) sobre Bioneuroemoción (1).
Sin embargo, incluso para alguien con formación científica, en un momento de sufrimiento y desesperanza, supone un impacto emocional negativo recibir mensajes como los anteriores. Creo que debemos ser más exigentes y supervisar la proliferación de modelos de intervención pseudocientíficos, que crean más dolor, dependencia y sufrimiento que soluciones.
“Culpabilizar a quien está sufriendo una enfermedad es inmoral“.
Uno de los objetivos, para el psicólogo Ramón Bayés, de las profesiones relacionadas con el cuidado de personas enfermas (por ejemplo, la medicina, la psicología de la salud o la enfermería) es perseguir la excelencia en el trato con el paciente. Esto es ir mucho más allá de curar la enfermedad, va más allá del maravilloso principio hipocrático “ante todo, no hagas daño”.
Culpar a un paciente de sus propios problemas, de sus enfermedades supone generarle más emociones negativas, supone crearle otro problema más. La excelencia en el trato con pacientes supone empatía en su máxima expresión, respeto por su sufrimiento y profesionalidad en la ayuda; esta última parte exige recursos basados en la evidencia.
“Cuando estamos en el hospital, enfermos, temiendo por nuestra vida y a la espera de una cirugia aterradora, tenemos que confiar en los médicos que nos tratan. Si no lo hacemos así, la vida se vuelve muy complicada“.
Henry Marsh, Médico Cirujano.
El psicólogo social Stanley Millgram demostró la influencia de las figuras de autoridad en los procesos de obediencia, en sus famosos experimentos desarrollados en las décadas de los 60 y 70 del siglo XX. Lo que se descubrió es que cualquier persona, bajo el influjo de una figura de autoridad (por ejemplo, un médico, un científico, etc.), es capaz de llevar a cabo conductas que entrarían habitualmente en conflicto con su conciencia personal. Podéis ver un vídeo interesante al respecto pinchando aquí.
¿Qué podemos hacer entonces? ¿Desconfiamos del médico o del profesional de ayuda? ¿Hemos de acudir a varios profesionales al mismo tiempo? ¿Nos quedamos con que, aunque no esté funcionando una terapia, se hacía con “buena intención”?
Cuando hablamos de sufrimiento humano, no podemos quedarnos en las intenciones. Tener buena intención no es un método terapéutico validado científicamente. Algunas personas tienen entre sus características la cualidad de ser persuasivos, de ser inspiradores en sus palabras, y provocar emociones positivas entre quienes les escuchan. De este modo, a través de la mezcla entre la necesidad por mensajes sencillos e impactantes que tienen muchas personas (es posible que todos deseemos que la vida sea más sencilla de lo que la percibimos cuando sufrimos) y la existencia de personas con gran capacidad comunicativa, proliferan autoproclamados “Gurús” que, con “buena intención“, lanzan argumentos pseudocientíficos, invalidados por investigaciones recientes o directamente falsos. Nuevamente, debemos ser exigentes y responsables con esta situación y no mirar a otro lado.
En mi experiencia profesional, han acudido a mi consulta con cierta frecuencia personas que han pasado por tratamientos pseudocientíficos de diverso tipo, hechos por personas sin formación científica, cuyo resultado ha acabado siendo terrible: la cronificación de sus problemáticas previas. De igual modo, he atendido a personas que han leído algún libro de autoayuda, siguiendo sus recomendaciones al pie de la letra sin una mejora de su problemática, lo que les ha llevado a considerar que “no tienen solución”. Cuando una persona sufre y, a través del contacto directo con su terapeuta, llega a la conclusión de que su problema es culpa suya, que no tienen solución o que no quieren resolverlo, está creando un segundo problema “de la nada”. Esta forma de actuar no es “casual”, sino que forma parte de la metodología de los Gurús Pseudocientíficos: primero te desmoralizan, te despojan de esperanza, para luego autoerigirse como los únicos capaces de ayudarte a resolver tus problemas. La consecuencia de este proceso es la creación de una dependencia hacia el terapeuta o gurú.
Una de las bases esenciales de una psicoterapia basada en la evidencia es que no parte del principio de infalibilidad. Hay variables dentro de una terapia que hacen que los avances sean más lentos o más rápidos, que se pueda progresar de un modo u otro, que no tienen que ver con la “perfección” del modelo terapéutico; una alianza terapéutica frágil, falta de experiencia con un tipo de demanda por parte del profesional, falta de conocimientos específicos en un área de intervención, resistencias del paciente y del terapeuta… Pocos profesionales reconocen los porcentajes de “fracaso terapéutico”: aquellas situaciones en las que, a pesar de actuar con profesionalidad, no se consiguen los resultados deseados.
Tratar a los pacientes con humanidad, empatía y profesionalidad no tendría que ser un obstáculo para un profesional de la salud bien formado. Se puede ser un buen científico (utilizando teorías y métodos basados en la evidencia, sujetos a revisión permanentemente) y al mismo tiempo tratar con cuidado, cercanía, comprensión y compasión a las personas que ponen su confianza en tus manos, que esperan que les ayudes a alcanzar sus objetivos y reducir su sufrimiento. Reconocer que no sabemos todo, que podemos equivocarnos, que tal vez haya otros profesionales mejor cualificados, son formas de reconocimiento de lo prioritario en la relación terapéutica: el respeto a la dignidad de nuestros pacientes.
Tony Corredera
Director de Crecimiento Positivo
(1) La teoría de la Bioneuroemoción y sus defensores defienden el origen emocional de las enfermedades como el cáncer. El presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Miguel Martín ha afirmado la pasada semana (octubre 2017) que “no hay datos que avalen el origen emocional del cáncer“.
Learn MoreDía Mundial de Salud Mental
Hoy, 10 de Octubre, es el Día Mundial de la Salud Mental. Se trata de una fecha que procura concienciar a la sociedad de la importancia de visibilizar la situación de las personas con problemas de salud mental y sus familias, además de reivindicar públicamente los derechos de este colectivo.
El concepto de Salud Mental Positiva, aunque polémico por la falacia que encierra la expresión (en relación a “positiva” o “negativa”), se dirige precisamente al estudio de cuáles son los factores que influyen en el desarrollo y mantenimiento de una adecuada Salud Mental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como:
“Un estado de bienestar en el cual el individuo consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera y tener la capacidad para hacer contribuciones a la comunidad”.
Desde la fundación de la Psicología Positiva, Martin Seligman ha defendido que uno de los marcos más adecuados de intervención para este área es precisamente la prevención. En Crecimiento Positivo hemos trabajado en el campo de la prevención de drogodependencias durante los últimos 10 años, y el modelo de trabajo que hemos utilizado desde nuestros comienzos se basa en el desarrollo de Factores de Protección cuya presencia disminuye (o elimina) los riesgos de consumos problemáticos y, por extensión, otros problemas de salud mental. Este enfoque fue añadiendo progresivamente herramientas propias de la Psicología Positiva, como el uso de las Fortalezas Personales en el ámbito individual, familiar y escolar.
El estudio de la Salud Mental no debe basarse exclusivamente en los factores individuales, sino que ha de extenderse hacia los factores sociales y sistémicos. ¿Existen elementos y variables del entorno, de los sistemas, que generen problemas psicológicos? ¿O solamente es una cuestión individual, de recursos personales? El filósofo Jiddu Krishnamurti afirmó hace mucho tiempo que “no es saludable estar adaptado a una sociedad profundamente enferma“. Creo que en ese equilibrio de fuerzas, entre los recursos personales y las variables sistémicas, está la clave de un adecuado acercamiento al concepto de Salud Mental.
En esta misma línea, los trabajos desarrollados por psicólogos sociales como Phillip Zimbardo confirman la importancia de los sistemas en la creación y mantenimiento de problemas psicológicos en las personas. En el famoso experimento de la prisión de Stanford, las reacciones patológicas a la situación creada como síntomas de ansiedad o depresión, paranoia y violencia, cesaron por completo a las 2 semanas de poner fin a dicho experimento (y por tanto salir de la situación que generaba patología). ¿Son los problemas psicológicos una forma de expresar que un sistema crea situaciones patológicas? Es una pregunta que considero interesante y sobre la que creo que debemos reflexionar entre todos.
En consulta suelo ver a personas que sufren por muchas razones. He aprendido en estos años que hay situaciones que generan mucho dolor y que son inevitables, todos tenemos que transitar esos caminos; cuando no lo hacemos, las consecuencias son peores, más graves e intensas, ya que ese dolor se convierte en sufrimiento sostenido. Querer evitar el dolor es una reacción natural; pero en ocasiones, evitar el dolor supone crear unas condiciones en las que después vamos a sufrir mucho más. Un buen ejemplo es el duelo ante una pérdida. Si evitamos conectar con ese dolor, puede que las reacciones a medio-largo plazo sean auténticamente patológicas. Y lo que nos tiene que quedar meridianamente claro es que ninguna de estas situaciones las provocamos a propósito, no las buscamos, sino que son consecuencias paradójicas de un impulso “natural”; ocurre igual con el miedo, ante el cual solemos reaccionar evitando lo que nos asusta. Pero si evitamos siempre ese miedo, ¿cuándo aprenderemos a afrontarlo?
Por otro lado, podemos observar cómo algunos sistemas sociales, cómo las dinámicas de relación familiares (o de pareja), cómo las organizaciones a través de relaciones de poder e influencia, crean situaciones donde surge y se mantienen los problemas psicológicos. Este es el paradigma PERSONA-SITUACIÓN-SISTEMA, que tiene en cuenta esas tres variables para elaborar teorías de cómo surgen, se desarrollan y mantienen determinados problemas, incluidos los problemas de Salud Mental. Del mismo modo que afirmaba antes, hemos de considerar que en la mayor parte de los casos, las familias, las parejas, los grupos humanos (incluyendo las organizaciones, los equipos deportivos, etc.) tratan de hacer las cosas lo mejor posible. Sin embargo, como expliqué en su día en este post, a veces “con la mejor intención, conseguimos los peores resultados“. En este sentido, por ejemplo, que unos padres faciliten a sus hijos la evitación de los problemas que se encuentran (las dificultades, los miedos), puede convertirse, a largo plazo, en una auténtica patología porque al evitar dichos problemas, les evitamos aprender también a solucionarlos. Teniendo buena intención, les estaríamos incapacitando.
¿Cuál sería entonces el modo más adecuado de prevenir los problemas psicológicos? Está claro que la “combinación ganadora” sería el resultado de un trabajo en el desarrollo de Factores de Protección, a partir del conocimiento de las Fortalezas Personales y su desarrollo equilibrado, junto con la creación de sistemas sociales (familias, organizaciones, empresas, escuelas) que generen situaciones de desarrollo personal y crecimiento, que faciliten un afrontamiento de la vida óptimo, saludable y flexible. Así es como facilitaríamos la aparición de la Resiliencia como recurso fundamental para afrontar los desafíos de la vida de cada uno.
La segunda condición de mi reflexión en torno al Día de la Salud Mental es la importancia de crear visibilidad a esta realidad. La invisibilidad que muchas personas sufren (y sus familias), las etiquetas que les ponemos entre todos, solo sirven para crear una distancia de seguridad artificial. Negar que existe una realidad no la hace menos real. Así que no miremos para otro lado, no miremos con miedo a las personas que están sufriendo. Necesitan ser escuchadas, validadas, comprendidas y aceptadas. Como cualquier persona. No les neguemos lo que todos necesitamos.
El trabajo de aceptación social sobre la existencia de problemas psicológicos es un primer paso para lograr integrar estos procesos como parte de la vida, identificarlos de forma temprana, evitar la cronificación de dichos problemas y así ayudar a resolverlos en su génesis, cuando no haya sido posible prevenirlos. Un elemento esencial sería, por tanto, la detección precoz y el tratamiento lo más rápidamente posible. En consulta he constatado estos últimos 10 años que, quien acude a buscar ayuda al poco tiempo de ser consciente de sus problemas y dificultades, muestra no solo menos resistencia a los cambios necesarios para resolver su situación, sino que la inversión de tiempo en el proceso terapéutico se acorta.
En el Día Mundial de la Salud Mental lo que quiero expresar es que hace falta transformar la visión que tenemos de los problemas psicológicos, para que esa mayor visibilidad no sea un obstáculo. Reconocer que somos vulnerables y que cada persona puede tener problemas en diferentes momentos de vida, nos puede llevar a comprender la necesidad de desarrollar estrategias preventivas en el ámbito educativo que ayuden a desarrollar las habilidades necesarias para afrontar la vida con valentía, alegría y resiliencia.
Tony Corredera.
Director de Crecimiento Positivo.
Podéis leer un estudio de revisión del concepto de Salud Mental Positiva, pinchando aquí.
Y pinchando aquí, podéis leer otro artículo sobre el concepto de Salud Mental Positiva.
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