El lado bueno de las cosas
En nuestro día a día, vivimos bombardeados por todo tipo de noticias que valoramos como negativas, tristes, desesperanzadoras y que generan en nosotros una mezcla de tensión y enfado. No siempre somos conscientes del efecto que una “sobre-exposición” a las historias que nos cuentan en el telediario y la radio tiene en nosotros; por otro lado, uno de los usos que le damos a las redes sociales virtuales es compartir noticias de actualidad, de opinión, e incluso nuestras propias opiniones sobre la realidad a la estamos expuestos. Además, ¿sobre qué cosas giran nuestras conversaciones con quienes nos rodean? En muchos casos, contamos a los demás sobretodo lo que no está yendo bien, lo que nos falta y lo que no nos gusta. ¿Qué efecto genera en nosotros esta sobre-exposición a malas noticias desde tantos frentes?
Las personas somos creadoras de nuestra realidad en muchos niveles, empezando por la percepción, de manera que a qué prestamos atención y dedicamos tiempo se convierte en algo realmente importante y que influye en nuestro estado de ánimo, nuestro bienestar y nuestra felicidad. ¿Está equilibrada nuestra percepción? ¿El hecho de destacar tantas malas noticias, de prestar atención sobretodo a lo negativo, no estará sesgando nuestra percepción de la realidad?
Hace unos días decidí hacer un experimento en mis redes sociales vituales. Es algo que habitualmente pongo en práctica con mis clientes en la consulta, ante determinadas situaciones en la que es importante equilibrar la percepción de las personas entre los aspectos positivos y los negativos. Pedí a las personas que forman parte de mis contactos que escribieran un hecho, acontecimiento, situación o “cosa” que valorasen como positiva y que hubiera sucedido ese mismo día.
Mi primera sorpresa fue la participación. En el momento en que decido escribir este post y lo estoy desarrollando, ha habido un total de 38 comentarios directos, 2 en otros grupos que gestiono yo mismo, 4 personas que han decidido poner en marcha la misma iniciativa a partir de esta idea y más de 12 comentarios en sus respectivos intentos… Muchísimas personas han reaccionado y han decidido participar en este “experimento” que buscaba poner a prueba esa capacidad de percibir lo bueno.
De los comentarios que se han realizado de los aspectos positivos que cada persona destacaba de ese mismo día, al menos un 70% tenían que ver con sus relaciones interpersonales, sus hijos, parejas, compañeros de trabajo, etc., lo que señala la importancia que las relaciones tienen en nuestro bienestar y felicidad. Otros temas señalados como positivos tenían que ver con nuevos proyectos profesionales o reconocimientos laborales, y en algunos casos una mayor consciencia de todo lo bueno que tienen en sus vidas en términos generales.
El experimento no pretende sentar cátedra, ni mucho menos, pero ha servido para llegar a 3 conclusiones que había observado directamente con mis clientes:
- Este pequeño esfuerzo nos conecta con emociones positivas de todo tipo, facilitando una perspectiva más equilibrada de su realidad particular. En consulta, este ejercicio suele realizarse al menos dos veces a la semana durante un mes, en un formato que busca no una sino tres cosas positivas de ese día. Los resultados que he obtenido con mis clientes confirman un cambio en el discurso, con la inclusión de palabras más positivas, una verbalización de más experiencias positivas así como emociones positivas experimentadas.
- Se produce un contagio emocional positivo, dado que la invitación a este experimento ha sido reproducida por más personas por su cuenta. Dicho de otro modo, el beneficio experimentado por algunas de las personas les lleva a invitar a su entorno a participar del mismo sencillo ejercicio. En consulta ocurre de la misma manera con cierta frecuencia.
- Yo mismo he recibido un beneficio emocional directo en forma de gratitud por poner en marcha este “experimento”: 4 personas de forma directa y 15 de forma privada (en correos electrónicos o llamadas) han manifestado un agradecimiento por invitarles a participar y descubrir así los beneficios que han tenido para ellos. Mis clientes, en consulta, manifiestan habitualmente los beneficios positivos de esta tarea, lo que incluye un incremento de la gratitud al ser más conscientes de lo bueno que les ocurre cada día que se paran a observar.
Esta experiencia de hace unos días, con una propuesta sencilla, a través de una tarea aparentemente insignificante, parece activar algunos mecanismos que influyen en nuestro bienestar. Por ejemplo, queda claro que nos pone en contacto con algunas Fortalezas Personales, como la Perspectiva y la Gratitud, también genera emociones positivas y nos pone en contacto con lo que nos apasiona y con quienes nos importa en un alto porcentaje de casos.
No podemos concluir que esto ocurra en todos los casos, puesto que no es así: en el mismo experimento ha habido 2 comentarios que no se pueden considerar positivos; llevaban implícito un cuestionamiento a la propuesta de “ver el lado bueno”. Esto es algo que también me encuentro en consulta con bastante frecuencia, ante la propuesta de esta sencilla tarea. Esta resistencia nunca ha sido un obstáculo real entre mis clientes, puesto que la puesta en marcha de esta tarea (junto a otras, como parte de un conjunto de técnicas y estrategias en dirección a sus objetivos) acaba por influir positivamente en ese mayor equilibrio en la percepción de su realidad.
Si me permites me despido lanzando el desafío a quien desee aceptarlo: ¿te animas a participar de este experimento? Anota 3 cosas positivas que te sucedan cada jueves y domingo durante el próximo mes. Si llevas a cabo este ejercicio y te apetece compartir tu experiencia, solo tienes que comentar este post. Puede que creas que no te servirá para nada pero, ¿y si funciona?
Tony Corredera.
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