Cinco Años de Crecimiento Positivo
En octubre de 2007, a través del apoyo de una de las personas que más ha aportado en mi vida desde hace años, nació la idea de crear un proyecto de divulgación de conocimientos de la Psicología Positiva al que llamamos, ya entonces, Crecimiento Positivo. Han pasado 5 años y este post es un homenaje a este recorrido tan importante. Una forma de corroborar los distintos aprendizajes, la trayectoria recorrida, los cambios y transformaciones que hemos ido eligiendo y asumiendo. He querido esperar a este momento para publicar este post porque deseaba poder hacerlo como un modo de celebrar la llegada de un nuevo hito en nuestro proyecto: los newsletter de Crecimiento Positivo a los que podéis suscribiros de forma gratuita. Un nuevo modo de haceros llegar nuestras novedades, nuestros proyectos, eventos y reflexiones.
El proyecto nació, en 2007, únicamente con la intención de divulgar conocimientos sobre el área de la Psicología Positiva, una corriente de la psicología poco extendida entonces que, posteriormente, ha visto como crecía sin cesar y extendía su influencia en diversas áreas tanto científicas como aplicadas. Para quienes no lo recuerden, el recorrido del primer año quedó plasmado en el artículo del blog “Un año de Crecimiento Positivo“.
Cuando tenemos una idea, al principio no sabemos si podremos materializarla como la habíamos imaginado, ni tampoco si seremos capaces de transformar esa idea en un proyecto, de trascender la ilusión y convertirla en acciones específicas. Pero indudablemente, la ilusión inicial puede ser la energía esencial que transforme la idea en acción.
Cuando la idea se transforma en proyecto, y va cobrando forma, no sabemos si tendrá éxito o no, si servirá al propósito para el que fue inicialmente diseñado y, por supuesto, no sabemos si durará en el tiempo. Por eso es necesaria la habilidad para gestionar la incertidumbre y recorrer con éxito el camino de las inseguridades iniciales, las que aparecen de cuando en cuando, así como las incertidumbres diversas que te acompañarán durante todo el camino.
Han pasado cinco años desde la idea inicial y Crecimiento Positivo es un proyecto más maduro y consolidado, que cumple no sólo con el propósito para el que fue inicialmente creado, sino que va más allá. El propósito inicial era, como hemos señalado, divulgar conocimientos sobre cuál o cuáles serían los caminos que nos llevar a crecer positivamente. Este juego de palabras es un poco tramposo, porque partimos de una premisa irrenunciable: nunca dejamos de crecer.
El proyecto creció, maduró y asumió la responsabilidad de transformar su labor divulgativa en acciones específicas de ayuda al Crecimiento Positivo de las personas. Eso ha transformado el propósito inicial y ha llenado de sentido el proyecto: ayudar a crecer a las personas, a desarrollarse, a conocerse más, a resolver lo que tienen pendiente y a ser mejores en aquello que se propone lograr.
En todos estos años hemos desarrollado muchos tipos de interacción con las personas con la intención de ayudar a crecer, de compartir conocimientos y generar espacios de reflexión, aporte y participación. Además de los servicios de atención psicológica en nuestro centro, donde nos han consultado decenas de personas en todo este tiempo, tanto en terapia individual, de pareja y de familia, también hemos impartido numerosas formaciones que nos han permitido divulgar el mensaje de Crecimiento Positivo. Hemos trabajado con personas para ayudarles a “Educar las Emociones“, hemos impartido cursos para “Mejorar la Autoestima y construir Habilidades Sociales“, talleres seminarios de “Prevención de Drogas“, asesorando a familias sobre pautas educativas para potenciar el crecimiento de sus hijos, etc… Y hemos seguido divulgando la Psicología Positiva a través de diversas formaciones en toda España, como la que recientemente impartimos en Elche.
Por supuesto, cuando alguien desea crecer ha de aprender no solo a mejorar sus recursos y a desaprender lo que ya no necesita, lo que no le aporta, sino que también es imprescindible rodearse de personas con las que alimentar y contagiar emociones positivas. En ese sentido, incorporar al proyecto a dos psicólogas tan capacitadas como Natalia y Eva nos permite seguir mejorando, haciendo que el proyecto se desarrolle en nuevas direcciones, simultáneamente, y que el Círculo Virtuoso se amplíe.
Hoy queremos celebrar este quinto aniversario extendiendo nuestro mensaje por las diferentes redes sociales en las que tenemos presencia: nuestra página de facebook, nuestra cuenta de twitter, así como el canal de vídeos en youtube. A partir de hoy, también podéis contar con el Newsletter, una herramienta que os ofrecerá noticias de nuestras actividades, recomendaciones de libros, artículos del blog actualizados y antiguos, cuentos, referencias y mucho más…
No queremos terminar esta reflexión sin incluir la Gratitud, como un elemento fundamental del camino recorrido y que del sentido que aporta a las relaciones positivas, que son uno de los pilares fundamentales del bienestar humano. Desde aquí quiero agradecer a todas las personas que nos han acompañado y acompañan en nuestro camino, a l@s pacientes, clientes, seguidores, alumn@os y maestros, a mis compañeras de equipo, porque sin estas personas el viaje, el camino, tal y como lo estamos recorriendo, no sería posible. ¡Un millón de gracias a tod@s!
Tony Corredera
Director de Crecimiento Positivo
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Tenacidad
A menudo nos ocurre que iniciamos actividades, nos hacemos propósitos, nos marcamos metas, que pasado un tiempo terminan formando parte de la lista de objetivos sin cumplir. Cuando dejamos las cosas a medias, abandonamos objetivos sin haberlos alcanzado, se va produciendo en nosotros una sensación de poca valía, frustración y desánimo que frecuentemente nos entorpecerá a la hora de poner en marcha nuevos proyectos.
Llamamos Tenacidad a la capacidad necesaria para continuar trabajando para alcanzar metas, a pesar de los obstáculos y retrocesos del camino. Se trata de una de las 24 Fortalezas hasta hoy estudiadas por la Psicología Positiva, y hoy queremos conocerla un poco más a fondo. Trataremos de entender bien cómo ponerla en marcha, cómo potenciarla y qué beneficios nos traerla el hacerlo.
Lo primero que proponemos para aprovechar de forma útil la lectura de este artículo, es un cambio profundo de mentalidad. Para los que estén familiarizados con nuestro enfoque no será nada novedoso, pero queremos incidir en ello para los que empiecen a tomar contacto con lo que desde Crecimiento Positivo defendemos. Mucho se ha debatido sobre la idea de si la palabra crisis va de la mano de la palabra oportunidad. Incluso se ha discutido lo que ya en 1959, JFK en un discurso en Indianápolis argumentó sobre el símbolo chino que representa el vocablo “crisis”, compuesto por dos símbolos “peligro” y “oportunidad”.
Lejos de entrar a analizar la veracidad léxica de un idioma que desconocemos, si queremos tomar prestados ciertos matices…
Si cambiamos “crisis” por “dificultad”, nos sentimos libres de afirmar que, cuando una dificultad se cruza en nuestro camino, además de traer consigo algunos sentimientos de frustración con los que tendremos que lidiar, también se nos está brindando la posibilidad de cambio, la oportunidad de reflexionar y de elegir y probar nuevas formas de actuar hasta encontrar la correcta. En definitiva, de aprender sobre nosotros mismos, de crecer. Eso es lo que debemos buscar en esta lectura, la propuesta de otra forma de hacer las cosas distinta a la que estamos acostumbrados, que nos pueda permitir salvar la dificultad y combatir el desánimo, en este caso, que nos lleva a desistir de alcanzar nuestras metas.
Centrémonos ya en la capacidad de persistir, en la Tenacidad…
Beneficios:
Aparte de conseguir los beneficios que trae consigo conseguir un propósito, cuando elegimos perseguir dicho propósito, y seguimos en ello, incluso cuando surgen obstáculos, estamos poniendo en marcha una de las fortalezas humanas –la Tenacidad- que todos tenemos más o menos potenciada. Esto, hará que comiencen a generarse emociones positivas en nosotros, con las que podremos ir compensando otras emociones negativas que puedan desanimarnos. Las emociones positivas funcionarán como un motor que nos de la fuerza necesaria para seguir trabajando por una meta que no alcanzaremos inmediatamente, pero que estará dividida en “micro-objetivos” que cumpliremos poco a poco. Además, cuánto más pongamos en marcha esta fortaleza, más potente se hará, y la forma de actuar aprendida pasará a convertirse en un hábito presente en nuestra vida, del que fácilmente podremos hacer uso en cualquier situación.
Pero…si la tenacidad no es mi punto fuerte… ¿cómo puedo potenciarla?
Existen diversos ejercicios para potenciar la capacidad de persistir, la constancia, la atención y la paciencia necesaria para ello. Hoy te proponemos que empieces por aprender a plantearte metas y a planificar cómo llegar a ellas, pero no de cualquier forma. Para empezar te pedimos que reflexiones sobre varias cuestiones, e incluso que las escribas en un papel…
¿Qué metas sueles plantearte?, ¿Cómo planificas la estrategia a seguir?, ¿Cómo crees que planifica un escalador la subida?
- Empieza por definir bien tu objetivo:
Nuestros objetivos deben ser objetivos SMART (objetivos inteligentes):
S: Específicos (Specific), cuanto más concreto mejor
M: Medibles (Measurable), de cara a poder contar con datos objetivos sobre los avances
A: Realizables (Achievable), aunque nos planteemos retos, debemos confiar en poder alcanzarlos
R: Relevantes (Relevant), debemos plantearnos objetivos importantes para nosotros
T: Limitado en tiempo (Time bound), es importante fijarnos un plazo para alcanzarlo.
- Planifica los pasos desde el final hasta el principio (de arriba abajo)
Al igual que los escaladores, se trata de hacer el recorrido desde la meta al punto de partida, dividiendo el camino en pequeños pasos que a su vez deberán cumplir las características SMART que antes hemos detallado. De esta forma habremos desarrollado nuestro proyecto.
Ahora todo está listo, ¡PONTE EN MARCHA!
Pero antes de terminar… ¡Un consejo!
Sé flexible contigo mismo, no cumplir un objetivo a la perfección o en el tiempo previsto, no es un fracaso. Recuerda que estás nuevamente ante una oportunidad de reevaluar qué ha ocurrido, plantear cambios y aprender. Si no conseguimos alcanzar nuestro cometido, siempre habremos aprendido algo útil en el camino. El proceso nos habrá aportado conocimientos que no hubiésemos obtenido en caso de no haberlo intentado y habrá merecido la pena.
Lo importante más es que tus objetivos sean significativos para ti, que tengan un sentido en tu vida. Para ilustrar esta última idea, dejamos un cuento de Jorge Bucay para reflexión de cada uno de los lectores…
Los tres albañiles
Había tres albañiles trabajando en una construcción. Una persona que pasaba se acercó a uno de ellos y le preguntó: “¿Qué está haciendo buen hombre?”, “Estoy colocando ladrillos –contestó- “es un duro trabajo con el que me gano el pan de cada día”. Se acercó al segundo y reiteró la misma pregunta, a lo que el albañil respondió: “Estamos colocando ladrillos, construyendo juntos el lado norte de esta estructura”. Finalmente se aproximó al tercero, quien ante la pregunta, y con orgullo, dijo: “Coloco ladrillos ayudando a levantar la catedral más hermosa para mi pueblo”.
Eva Cedenilla Lozano
Psicóloga Experta en Psicología Clínica y de la Salud
Learn MoreLos Errores de la Atención en la Vida Cotidiana
¿Alguna vez habéis sacado el abono transporte para abrir la puerta del portal de vuestra casa o las llaves para entrar en el metro? Es curioso, pero nos puede pasar. Podríamos decir que es falta de atención, cierto es…, pero ¿por qué nos confundimos con dos objetos que abren?, ¿por qué no sacar las gafas en vez de las llaves? Seguramente se deba a que igual que recordamos mejor la información que almacenamos por medio de categorías, también las registramos por categorías. Tendríamos una serie de carpetas en las que guardaríamos alimentos, transportes, objetos y dentro de éstos habría una subcarpeta en la que habríamos introducido todos los objetos que abren “cosas”, como las llaves y el abono transporte. Con estos dos objetos entramos, accedemos a un lugar.
Sería una manera ordenada de guardar información de una manera eficaz y a la vez económica en cuanto al tiempo que tardamos en almacenarla, ya que si no la guardáramos siguiendo algún método para archivarla, tardaríamos más en almacenar la información.
Podéis hacer la prueba: intentad aprenderos una listas de objetos sin ninguna estrategia de orden, os resultara más complicado aprenderla y os llevará más tiempo que si la registráis buscando previamente una relación entre esos objetos.
Los procesos que se llevan a cabo para memorizar nueva información son:
- Registro/codificación: creamos una primera huella de la información.
- Almacenamiento: la información pasa a memoria a largo plazo guardándose en las áreas asociativas para conservarla.
- Recuperación: por medio del cual evocas el recuerdo, la información almacenada, trayéndola a la conciencia.
Sin apartarnos del tema inicial, “la atención”, en este ejemplo que os planteo habría una desactivación transitoria de la atención y justo en ese momento sacaríamos las llaves o cualquier otro objeto que pertenezca a la categoría de “abrir” de forma automática.
A nivel biológico, como dato de interés, el mantenimiento del estado de alerta depende concretamente de la formación reticular situada en el tronco cerebral y en el tálamo. Según la teoría de Mesulam acerca de la atención, el vector o canal atencional encargado de los procesos de atención selectiva que regulan la dirección de la atención quedaría inactivo de manera transitoria. Nos acordamos de que teníamos que sacar el objeto que sirve para pasar por los torniquetes del metro y en cuanto llegamos a esa conclusión, el vector o canal atencional se desactiva y cogemos por error otro objeto que “abre”, pero no el adecuado para esa situación porque nuestra atención selectiva estaba en descanso.
¿Por qué cogimos algo que abre? Porque atencionalmente llegamos a la carpeta de “objetos que abren” y en ese instante dejamos el automático puesto. Como una forma de guardar la información, para recordarla posteriormente, es hacerlo por categorías, no cogemos cualquier objeto sino uno que abra. En primer lugar estaría la capacidad atencional y en segundo lugar la memoria.
Natalia Torrecilla Merchán
Departamento de Neuropsicología